jueves, 20 de febrero de 2014

Diferentes umbrales del estrés y su impacto en el ambiente de trabajo, tecnicas para reducir el estres.


Estrés

Todas las crisis pueden generar tanto en los individuos como en los grupos situaciones de estrés cuyas manifestaciones suelen abarcar los ámbitos físico y psicológico. El estrés laboral se manifiesta en los niveles individual y grupal por igual: es prácticamente inevitable que todos experimentemos estrés en la vida laboral, ya que casi cualquier situación de trabajo puede desencadenarlo; sin embargo, cada persona responderá a estas presiones de acuerdo con sus características personales, su historia, la etapa vital que esté atravesando, etcétera. 
En resumen, el estrés es una reacción física y psicológica negativa del organismo frente las exigencias del medio, susceptible de ocurrir en todas aquellas situaciones de trabajo en equipo y de vínculos estrechos con otros.

Clasificación del estrés

Hans Selye (1974), postuló la existencia de dos clases de estrés: 

• Distrés: caracterizado por el dolor y la angustia, destructivo íntimamente relacionado con la ira y la agresión, y muy perjudicial para la salud.  
• Eustrés: estrés resultante de las emociones positivas relacionadas con la empatía y las tareas a favor de la comunidad en general; no afecta de manera negativa la salud, sino que incluso la protege. 

Lazarous realizó la segunda clasificación (Lazarous, R. Estrés y emoción. Manejo e implicaciones en nuestra salud. Descleé de Brouwer, Bilbao, 2000, p.p. 44, 45.), quien distinguió tres clases de estrés psicológico:

• Daño/pérdida: relacionado con el daño o la pérdida que ya se produjeron. 
• Amenaza: vinculado con el daño o la pérdida que todavía no se produjeron, pero cuya aparición constituye una posibilidad real. 
 • Desafío: consiste en la esperanza de poder superar las dificultades que surjan con base en la confianza en uno mismo y en la perseverancia. 

Impacto en el ambiente de trabajo

Además de la violencia en el entorno del trabajo, el estrés laborar tiene diversas causas, como las exigencias excesivas respecto de los tiempos para la realización de las tareas y el logro de los objetivos, así como presiones de toda índole. Por ejemplo, el empleado desarrollara estrés si no puede cumplir los objetivos puntuales que se había planteado para un día específico debido a haber sido interrumpido numerosas veces por sus compañeros o su jefe con otras actividades que implicaban distraer su atención. Cuando este tipo de situaciones se reiteran 
todos los días, entorpeciendo el desarrollo de la actividad, se generan frustraciones que al final producen malestares tales como dolor de cabeza, irritabilidad, desgano, etc., todos ellos síntomas de estrés que el empleado podría interpretar en el sentido de que el trabajo lo supera y él es incapaz de manejarlo.

Ahora bien, aun cuando en general representa un problema, el estrés puede ser constructivo si el individuo lo vive como un estímulo saludable que fomenta conductas para desafiar los retos laborales. Por el contrario, será destructivo o negativo cuando los niveles de exigencia y tensión resulten excesivos y deriven en una interferencia para el rendimiento del empleado en su trabajo, afectando su productividad y, por supuesto, su salud física y/o psíquica.

En muchas ocasiones el empleado tiene que buscar excusas para no ir a trabajar y 
evitar así sufrir desagradables sensaciones de tensión que ya no se sabe cómo manejar, pero otras veces recurre a sustancias (alcohol, tabaco o drogas) para paliar los efectos del estrés.


Cuando persiste en el tiempo, el estrés origina diferentes síntomas que en ocasiones pueden desencadenar enfermedades físicas (trastornos del sueño, dolores de cabeza, hipertensión, problemas digestivos, etc.) y psicológicas (angustia, depresión, mal humor, etc.). Al mismo tiempo es capaz de afectar la conducta de los individuos en relación con su trabajo (aumenta el nivel de ausentismo y retrasos, incrementa el consumo de tabaco, alcohol y/o drogas, 
disminuye la productividad, etcétera). 

Estos síntomas evidencian los intentos realizados por los individuos para adaptarse a las exigencias del medio externo y mantener cierto grado de equilibrio. Si el nivel de estrés se mantiene a lo largo del tiempo puede generar problemas más graves, afectando de manera directa la salud física y mental del empleado ante la imposibilidad de ajustarse a las necesidades laborales. 


Técnicas para la reducción de estrés.

No todo estrés es negativo o disfuncional. La preocupación es reducir las consecuencias negativas en el empleado y tratar de minimizar las posibilidades de que el estrés interfiera en la realización del trabajo en la organización. 

 A.J. Dubrin (1974) sugiere que las maneras de evitar el estrés son: 
1. Practicar una buena administración. 
2. Crear trabajos significativos. 
3. Modificar la estructura de la organización. 
4. Animar la competencia personal. 
5. Practicar una buena salud mental. 

 Las acciones para reducir el estrés de acuerdo con Davis y Newstrom, (1987), son la orientación, la administración participativa, el desarrollo organizacional, el diseño del trabajo y la comunicación. Otros enfoques incluyen programas de meditación y la bio-retroalimentación. 
 Los reductores de estrés (Wallace y Szilagyi, 1982) incluyen acciones individuales y acciones organizacionales. 
 Las acciones individuales abarcan ejercicio físico, control del tiempo, cambio de hábitos, etc.; mientras que las acciones organizacionales comprenden rediseño del puesto de trabajo, mejoramiento de la comunicación, revisión del progreso de la carrera, participación, entrenamiento, capacitación y desarrollo, del cambio del clima organizacional, etc. 

 Para Maddi y Kobasa, el manejo del estrés desde el punto de vista organizacional incluye: 
1. Descentralizar la autoridad, lo cual reduce los sentimientos de impotencia entre los empleados. 
2. Ajustar los sistemas de recompensas de manera que las evaluaciones del desempeño se consideren justas y razonables. 
3. Permitir a los empleados participar en la toma de decisiones que les conciernan. 
4. Manejar y ampliar las líneas de comunicación
5. enriquecer los trabajos, dando a los empleados mayor responsabilidad en la planeación y dirección de su trabajo. 

En lo individual, estos mismos autores, recomiendan no abrumarse de trabajos ver los problemas con optimismo y actuar con decisión frente a ellos. 
Además, capacitar a las personas en técnicas de: 
1) Enfrentamiento al estrés con programas elaborados para que la gente aprenda a reconocer y encarar 
situaciones estresantes, 
2) mejorar la condición física mediante el ejercicio, 
3) adiestramiento en relajación, 
4) meditación, y 
5) biorretroalimentación. 

 Los procedimientos para tratar los trastornos ocasionados por el estrés, de acuerdo con Sarason y Sarason, son la terapia de apoyo, el uso de fármacos y sedantes, entrenamiento en relajación, desensibilización sistemática, modificación cognoscitiva y la intervención social.

                            

Comentario:
Es importante que la personas en el ambiente de trabajo no se sientan muy presionadas, ya que si llegaran a sentirse asi con respecto a un trabajo que tengan que entregar entraran en estrés y eso a ciertas personas les afecta de manera negativa en lugar de positiva, positivamente lo podrían utilizar(el estrés) para su propio beneficio implantándose nuevos retos y actuando positivamente para poder superar esos problemas. Pero si en su lugar están en un estrés y no actúan a beneficio propio, pueden enfermarse y hacer mal su trabajo.


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